domingo, 10 de agosto de 2008
Hoy me levante un tanto extrañada, definida en perder un tanto de terquedad y hacerme firme en mi adultez, aunque con los años los síntomas de la obstinación se acentúan más y mi ceño absorbe el protagonismo de las mañanas, y las tardes, y un sol obsceno recuerda un rasgo feliz de juventud. Tomar la ruta, hacerse paso cual espíritu inmortal y romper con el pecho, mi pecho, las olas, el viento. Y sobre una alfombra roja volar por el mundo. Conquistar un pedacito de libertad y dejarla ir entre mis dedos abisagrados. Tomar con voz firme el volante de mi alfombra y continuar girando mis piernas, que en el ir se hacen largas y en el volver se acortan. Y como el tiempo, reloj, dar vueltas, seguir el mismo camino que ayer. Tomar las mismas calles, casi los mismos atajos, que cambian de verde a marrón. Tomar por asalto una vereda, y alargar mis piernas, y acortarlas, con firmeza llegar a la cima. Hubiera pagado doble ticket por seguir escalando. Como un juego, como cuando niña, imagino que tengo casco, guantes, protectores para las rodillas, y que realmente puedo volar en mi alfombra, amo mi bici.
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5 comentarios:
Hermoso texto, amiga de escritura! Y las fotos de abajo son lo más!!
Un besote!
la alfombra para este post y las bicicletas
bicicletas---
.
mi bicicleta es un caballo
de metal que me lleva
atravesando fronteras
y tiempos!
.
atravesá fronteras blonda...
las del tiempo
y las de hierro
las auto-impuestas
las inconcientes
las de miedo
.
gracias clara, la escritura siempre una amiga!
uran? de uranio? en verdad me sono a uron....
lo de las fronteras al final lo deje para mas adelante, cuak!
Moyi.
Lo importante no es el llegar, sino el camino. Caminar, ver, y el mientras.
Llegar es un detalle
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