domingo, 27 de julio de 2008


Esta vez estaba en Banchero, la estaba esperando a Sole que íbamos a comer una picada y después ir al teatro. Cuestión que de repente veo a un viejo con unas gafas oscuras muy cancheras, cuando él era joven también eran cancheras. El tipo tenía como ochenta años, o algo que paso hace ochentas años le escuche decir, pero la cuestión es que era un viejo con gafas oscuras cancheras. Cuando volvió del baño interrumpió a dos chicas que merendaban pizza con cerveza. No pude escuchar bien pero les contaba una anécdota de viejos, de esas que se repiten una y otra vez, que te la cuentan como si fuese una distinta, cuestión que al verlo al viejo pensé en lo que será de éste mundo, y de los bares, y de las plazas cuando ya no estén estos viejos. Esos que usan las camisas de tela finita cuadrille, que se ponen un cardigan y tienen las barbas pinchudas y amarillas. Que se visten de marrón y en invierno usan boina, pero a veces en verano también, son viejos elegantes, que usan las buenas pilchas para ir a sentarse al banco de un parque y ahí los ves, eternos, como que el tiempo no pasa porque se conservan hechos una pinturita, con arrugas, eso si, pero unas arrugas refinadas, nunca grotescas, como moldeadeas por la paciencia y horas y horas de un banco de plaza que siempre es el mismo y guey de que este ocupado después de la siesta. Pienso en las arrugas de mi abuela, son blancas, cristalinas, refinadas y correctas, siempre se muestran desde su mejor perfil y nunca, nunca jamás salen despeinadas, las arrugas de mi abuela me recuerdan de donde vengo, y hacia donde voy, algún día tendré yo también mis propias arrugas, pero por ahora estoy en Banchero tomando una cerveza y esperando a Sole, si ya se, cuando tenga arrugas probablemente haga lo mismo.

-La obra de teatro transcurre en una sala muy pequeña del teatro San Martín, medio como una obra en sintonía umplugged, y también en los primeros años del siglo XX, nos cuenta acerca de una generación de escritores, de maquinas de escribir, de las luces de la calle corrientes que te las ofrecían en una cajita, con la sala bien oscura para que no exista ninguna sombra alcahueta que quiera quitarle prestancia a ella, la calle corrientes y sus luces. Aparece la histeria de la hoja en blanco y el tango bailado por un títere suicida. Hay mujeres también, una que se casa pero ya hablan de divorcio, eran escritoras, y les enseñaban a caminar, saludar y manejar con un libro en la cabeza, como me hacía hacer mi abuela en el comedor, caminar de punta a punta con el libro en la cabeza “como las modelo" decía, pero yo creo que era como a las escritoras-

domingo, 20 de julio de 2008


A veces me gustaría que las cosas fueran más lavadero de autos, como el que esta en la esquina de Forest y Charlone, sin mucha pintura, sin barcito temático de espera ni overoles de uniforme, se forma fila para lavar el auto. Mientras la cola de autos se entretiene este veintiuno de septiembre que se asomó en julio, cinco muchachos bailan al son de trapos que se mueven entre ventanas, parabrisas y capot, “uno para todos y todos para uno” exclama el que por un cachito casi se tropieza con la manguera, y se arma el baila ahí no más, y el que creo que es el dueño, un señor grande pero no tanto que camina encorvado como si fuera aún más grande no se distrae con nada y ahí esta desenredando las mangueras para que el baile continué hasta el final del día. El colectivo arranca, la ventana se me corre y entonces me voy con la grata idea de que me gustaría que las cosas fueran más como en el lavadero de autos: “todos para uno y uno para todos”.

viernes, 11 de julio de 2008


Y releo cada palabra escrita y me da como sonrisa, se me escapa la mueca curiosa que tímida se asoma en estos días como tos. Resulta que podía dormir la siesta en la mañana, a fuerza de cerrar los ojos y continuar un extraño viaje que me cruzó con un grupo de travestis alemanes en la esquina del Banco Galicia que esta sobre Av.Jauretche a unas pocas cuadras de la estación Rubén Darío y, que por quedarme charlando e indicando donde podían tomar un taxi para ir hasta Corrientes y Juan B. Justo, perdí el último tren que salía de la estación San Martín. Pero la ví pasar a Miranda, y tal vez, en aquel recuerdo con su caminar veloz, como marchando, entre palos de jockey y mochilas cruzadas, toso fuerte. Y doy vuelta la esquina y me encuentro con una chica que me es familiar pero no puedo decir de dónde, y es como un deja vu, porque en verdad ahí había comenzado todo. Mientras dormía cual anaconda aferrada a un domingo 9 de julio se me cerraban los ojos y ahí estaba tratando de alcanzar el 111 para llegar a tiempo a la estación del San Martín y por saludar a esta extraña conocida perdía el colectivo y entonces decidía que lo mejor era tomar Av Jauretche y llegar caminando hasta la estación. A una cuadra de llegar, porque viene el banco Galicia, después esta la casa de deportes y después Baggio que creo que cerró (pero en mi sueño estaba abierto como siempre con todas las piletas, parrillas, hamacas, y casitas para perro relucientes para la venta) y ya ahí cruzando la calle, el puesto de diario y ese palier de pasto sucio que esta como ante sala de la boletería, pero antes de todo eso, en la esquina del Banco Galicia me cruzaba con los travestis alemanes y ya conocen la historia, perdía el tren, y tosía fuerte.

lunes, 7 de julio de 2008


Lo que viene, lo que viene en Beijing 2008, anticipo de lo que será una competencia sangrienta, en donde el valor, el conocimiento y una pizca de suerte nos pondrán la casaca de Costa de Marfil, para alentar y sufrir en cada tiro de esquina como cuando alentas por Racing y un saque de meta se convierte en jugada peligrosa. El frío del invierno será el escenario para que las ojeras se hagan un banquete de sueño cuando Corea del Norte desafíe a Nigeria a las 4 de la mañana hora local y resuene a lo lejos, como aullido de lobo, como susurro de espíritu solitario, el grito del gol que abre el marcador. Y quizás la cerveza, el Fernet y la picada, que fueron, son y serán por siempre la dieta estricta de la hinchada, sea reemplazada por café con leche con medialunas, o tostadas, y ya entrada la media mañana hasta quizás un sanguchito tostado de jamón y queso. Todos leeremos el ole e intentaremos robarle al gordito facho de TyC Sport alguna info de último momento sobre los lesionados, amonestados o enfiestados, con el único fin de sacar alguna ventaja a la hora de aventurar el resultado. Y a quién le va importar que Argentina juegue mal, que la defensa no se encuentre y que Cruz haga las mismas cagadas de siempre si al fin al cabo cuando juegue con Brasil todos pondremos ganador argentina, y el que no, el que no, que se vaya a mirar el partido a un bar, porque aunque no juegue Tevez, tiene aguante!, y los brasuca van a correr a los monoblocks!, habrá monoblocks en china?, debe haber pero me los imagino un tanto más sofisticados, y si, que quieren que les diga, lo chino siempre es mas complejo, de allí el dicho “esto es un chino!” para cuando no entendes de que viene. Y la verdad para ser sinceros, esto del futbol en las olimpíadas nadie sabe de que viene, pero es una buena excusa para juntarse y gritar gol, y opinar sobre la posición adelantada de algún jugador de un equipo de un país que se formo hace 5 semanas en algún recóndito lugar de África y que ahora ostentan ser la revelación de los juegos. Que más da, amigos y familia unidos por la pasión de un torneo del que poco conocemos pero que nos entretiene, que nos saca un poco del punchiball cotidiano y nos divierte, así que compañeros dejando de lado esas paparuchadas caretas del fair play, hagan sus apuestas, el Prode Beijing 2008 comenzó!