lunes, 1 de diciembre de 2008


Medialunas dulces y saladas, al sr. Policía no le importó que el molinete fuera para dos. Y qué más, doy la vuelta una vez más, el budín me espera en la otra cuadra junto a los relatos de la noche de carnaval. Las historias de siempre contadas por mosquitos y soldados faraones, hasta el travesti se copo con la flor y hasta los bichos quedaron medio pajarito. La lluvia no nos ahogo, y eso que hubo por dos, trencito de madrugadas largas, y patas cortas, que si era más de una cuadra hasta angina no desaceleraba. Y no me cansa el ring ring matutino, que el domingo está en pañales, que aún nos queda esa fresca, la de la ventana y el arrumaco. Y cuando te das cuenta ya no era California, las veredas eran amplias y amarillas, se podía un domingo sin tropiezos ni melancolías.

2 comentarios:

Natalias dijo...

cito a mi amiga: "medialunas dulces y saladas (...) la lluvia no nos ahogó".


Agrego (casi citando): la ola tampoco. Pero aún no me compré tabla para surfear.


Gratos saludos los suyos!

Moyi dijo...

pero siempre tenemos un flotador escondido (aunque más no sean uno de esos que te ponían en los brazos ajustados hasta el ahogo)