
Platz vio las curvas que lo abrazaban aquella mañana, y su aliento marco el ritmo del despertar, lento. La cabeza reposaba sobre su pecho, sentía sus piernas enredadas, ella estaba calida y el contacto con las sábanas abrigaba los espacios de desnudez. El bajo su mano, apenas rozaba su brazo, y tomó la de ella, apenas la apretó, seguía durmiendo. Ergio su espalda hasta quedar cara a cara, a la altura de la nariz. Platz respiro su aliento, una vez, dos veces, y cerro los ojos, su mano siguió el recorrido que su instinto animal y carnívoro indicaban. Apoyó su pulgar en su ingle, y prendió el resto de sus dedos en uno de los cachetes de su cola, la apretó con tensa presión, a ella no le dolió, y el volvió a apretar.
2 comentarios:
Quiero un "Sofía no autorizado"
:P
tú sabes...
Hola!! Veo que estás cultivando el relato erótico jejeje. Es el mismo pje del cuento que leíste en la presentación? Hace mucho q no entraba. Muy lindo todo lo que leí! BESO!
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